Un rito turístico que no puede faltar a la hora de visitar Roma es dirigirse a la Fontana di Trevi, pedir un deseo, ponerse de espaldas a ella y arrojar una moneda. Una actividad permitida por las autoridades gracias a lo que se recauda de ella: Más de un millón de euros al año.
Y hablando de este rito, me viene a la mente el recuerdo de una turista que después de arrojar una moneda a la fuente, pidió como deseo hacerse irresistible a los hombres. Ved lo que pasó: