Ya se que este chiste tiene más años que Matusalén, que se han hecho versiones de coches y motos, que ya aparecía representado en pinturas de la Edad de Piedra. ¡Si! Ya lo se, pero ...
Aquel joven compró la motocicleta más rápida que se podía encontrar en el mercado, una TRW 2525 Renegade. También era una de las más caras con un precio de 53.528,00 €. Mientras daba su primer paseo con ella, se detiene en un semáforo. Una persona de avanzada edad que montaba un ciclomotor se detiene a su lado. Este se queda 'con la boca abierta' mirando la brillante burra y le pregunta:
"¿Qué tipo de motocicleta es esa?", a lo que el joven responde:
"Es una TRW 2525 Renegade. Vale 53.528,00 € más los impuestos".
El anciano dijo que era una barbaridad de dinero y preguntó por que costaba tanto, a lo que joven respondió que uno de los motivos es que podía alcanzar los 300 K.p.h. El abuelete la miraba extasiado cuando se abre el semáforo, y el joven decide mostrarle al 'carcamal' lo que podía hacer aquella 'burra'. Acelera a fondo y en 8 s. el velocímetro marca 200 K.p.h.
De repente ve un punto en el espejo retrovisor que se aproxima a él a inusitada velocidad. Tratando de determinar que podía ser lo que se aproximaba a tal elevada velocidad, reduce la suya. De repente el punto le pasa a una insólita velocidad. Mientras está pensando que puede ser más rápido que su maravillosa TRW 2525 Renegade, se percata que el puntito que le acaba de pasar vuelve a una altísima velocidad y le vuelve a rebasar, esta vez, en dirección opuesta.
Le parece que es el anciano del ciclomotor, pero ... ¿Cómo puede ser? Mientras se encuentra en un estado de pavor, ve que el punto vuelve a una velocidad muy elevada para finalmente estrellarse contra el colín trasero de su nueva TRW 2525 Renegade, el cual destroza, rebotando del golpe.
El joven salta de su 'joya' y comprueba que, en efecto, era el abuelo del ciclomotor. El muchacho corre hacía él, que yace en el suelo y le pregunta si se encuentra bien y si puede hacer algo por él. El anciano, entre gemidos de dolor responde:
"¡Si!, ¡Bueno!, ¡Ejem!, ¡Si no es mucha molestia!, ¿Harías el favor de desenganchar mis tirantes de tu espejo retrovisor?"