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Un payés con su 'amoto', su burra y su perro van, al atardecer, camino del pueblo.Lo que sigue sucede en algún lugar de Cataluña cuando un payés con su 'amoto', su burra y su perro van, al atardecer, camino del pueblo.

Un alemán que conducia un Mercedes Benz a elevada velocidad, repentinamente, irrumpe en la cuneta golpeando al payés, a su burro y a su perro.

Cuando el alemán siente el golpe, detiene el vehículo, sale de él y como estaba oscuro abre el portamaletas y coge una linterna y también, por seguridad, una escopeta.

Como comienza a escuchar quejidos y la intensidad de estos aumentaba en una dirección, enfoca la linterna hacía el lugar de donde proceden y, que creen que vio, vio al burro gravemente herido y totalmente ensangrentado. Teniendo esta escena a la vista, dijo:

¡Milagro! ¡Milagro! Oh, gracia a Dios, es increible pero, no me ha pasado nada, ¡NADA! Estoy perfectamente. ¡Milagro!"¡Oh! pobge animal, no puedo veg sufrig así a un animal"

y diciendo esto apuntó con la escopeta al burro y disparó matándolo.

Pero continuó escuchando gemidos provenientes de alguna parte y, siguió buscando el origen de estos cuando, de repente, se encontró al perro gravemente malherido y, repitiendo lo que había dicho al encontrase al burro, lo disparó dejándolo muerto.

Como todavía escuchaba gemidos, descubrió que el origen de estos era el payés, al cual, el golpe lo había enviado a lo alto de un árbol y, que estaba con sus brazos extendidos. Antes de que el alemán pudiera decir o hacer cualquier cosa, el pastor, que había presenciado como mataba al burro y al perro, dijo en voz muy alta:

 

"¡Milagro! ¡Milagro! Oh, gracia a Dios, es increible pero, no me ha pasado nada, ¡NADA! Estoy perfectamente. ¡Milagro!"


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